SANCYD - SOCIEDAD ANDALUZA DE NUTRICIÓN CLÍNICA Y DIETÉTICA Home Contacto Junta de Andalucía - Consejería de salud y bienestar socialJunta de Andalucía - Consejería de salud y bienestar social
Cambiar tamaño de texto
   Sancyd.es - Comedores Saludables para la 3ª edad - Alimentación sin patologías
Fisiopatologia del Envecemiento
Fecha de actualización: 2010-05-10

FISIOPATOLOGÍA DEL ENVEJECIMIENTO

Autor: Tomás Martínez.
Servicio de  Medicina Interna. Hospital Vázquez Díaz. A. H. Juan Ramón Jiménez. Huelva


Contenidos:

1. Introducción

2. Cambios en los sistemas relacionados con la nutricion en la edad avanzada.

3. Bibliografia



1. INTRODUCCIÓN

El envejecimiento es un proceso normal que se inicia en la concepción y termina con la muerte, si bien es en la fase de maduración, una vez terminado el periodo de crecimiento, cuando se produce el deterioro más aparente de los órganos.

Las características principales del envejecimiento son la pérdida progresiva de la masa corporal magra (músculos y huesos) y los cambios degenerativos en todos los órganos y sistemas. Pasamos a comentarlos de forma breve.

Volver al índice de contenidos
 

2. CAMBIOS EN LOS SISTEMAS RELACIONADOS CON LA NUTRICION EN LA EDAD AVANZADA.

Sentidos.

Con la edad el gusto disminuye, principalmente el sabor salado y el dulce, por ello aumenta más el consumo de éstos para mejorarlos y puede dificultar una dieta adecuada ante procesos patológicos, como la hipertensión y la diabetes, que aparecen con mayor frecuencia con la edad avanzada. Por otro lado las personas mayores con varias enfermedades crónicas toman varios fármacos que pueden alterar estos sentidos. También disminuyen la vista y el olfato, necesarios para generar una apetencia por las comidas, así la inapetencia (anorexia) hace disminuir el número y la calidad de  los alimentos que se ingieren. La pérdida de la audición también es habitual en las personas mayores y puede disminuir su autonomía en la cocina (batidoras, hornos, microondas, etc).
 

Sistema Digestivo.

Los problemas de masticación por falta de piezas dentarias o enfermedades en las encías, de salivación por escasa producción o de deglución por incoordinación nerviosa (debidos a enfermedades vasculo-cerebrales) hacen que no llegue en condiciones adecuadas el bolo alimenticio al estómago en las personas de edad avanzada.

Además, en las personas de la tercera edad hay un descenso de las secreciones digestivas tanto cuantitativas como cualitativas, salvo la formación de bilis que no se altera tanto. Ello puede provocar varios cambios:

1. Una maldigestión (romper en pequeños trozos los alimentos deglutidos) debido a una menor secreción gástrica, pancreática e intestinal.

2. Un descenso de la absorción de nutrientes por el intestino favoreciendo la inadecuada nutrición en dichas personas. También se observa un déficit selectivo de absorción de nutrientes (parte de los alimentos digeridos que se absorben) como el ion hierro, el calcio (debidas a menor cantidad de ácido clorhídrico producido en el estómago), vitamina B12 (por sobre-crecimiento bacteriano o por falta del transportador).

3. El envejecimiento es también un factor predisponente para la formación de cálculos biliares.

También existe una menor motilidad intestinal o una alteración del esfínter anal que predisponen al estreñimiento o a la diarrea respectivamente.


Metabolismo.

Entre los 30 y los 90 años disminuye un 20% el índice metabólico basal, debido a una reducción de la masa corporal magra (músculos y huesos).

Existe una disminución de la tolerancia de la glucosa relacionada con los procesos del envejecimiento que origina un aumento de la glucosa en plasma (1,5 mg% por cada decenio). Ello puede originar una reducción de la secreción de la insulina ante un estímulo alimenticio o bien un menor efecto de la insulina a nivel de los órganos.

El colesterol aumenta con el envejecimiento así como la grasa corporal. Tanto la diabetes como el colesterol elevado son factores de riesgo para enfermedades cardio-vasculares.

Otras alteraciones endocrinas asociadas al envejecimiento conducen a: disfunción en el tiroides, impotencia, osteomalacia o alteración en el equilibrio del agua e iones corporales.
 

Cardiovasculares.

Las arterias se vuelven más rígidas con el paso de los años, sobre todo en las mujeres, lo cual predispone a la hipertensión arterial. El corazón debe superar el aumento de la tensión arterial y se hace algo más grande y con peor funcionamiento, muchas veces es insuficiente y produce cansancio o dificultad para respirar.
 

Renales.

La función renal puede disminuir a la mitad desde los 30 a los 80 años. Al riñón senil le cuesta eliminar la sobrecarga de productos de desecho de las proteínas, de líquidos o de sal.
Músculo-Esquelético.

Disminuye la masa muscular (menor fuerza), la densidad ósea (por ello se es más propenso a las fracturas en la tercera edad) y el agua corporal total (tendencia a sequedad de órganos y peor funcionamiento de éstos).
Por otro lado hay un aumento de la grasa corporal total y cambios en la distribución de la grasa aumentando más a nivel abdominal que a nivel subcutáneo (aumenta el riesgo de las enfermedades cardiovasculares).

Neurológicos.

El envejecimiento produce una atrofia cerebral y descenso de sustancias neurotransmisoras que pueden causar olvidos propios de la edad, menor coordinación de los movimientos automáticos, rigidez o temblores en las manos. También se produce una peor adaptación de la concentración, la atención, el lenguaje u otros procesos cognitivos ante una desnutrición en estas edades avanzadas.
 

Imnunológicos.

A mayor edad disminuyen las defensas y aumentan los procesos autoimnunes o tumorales por la falta de regulación inmune. La desnutrición en personas de edad avanzada agrava aún más esta situación.
Psicosociales.

Los cambios debidos al envejecimiento y las enfermedades crónicas hacen que las personas ancianas precisen de los cuidados de otras para poder vivir: comida, aseo, movilidad, comunicación, etc. Otros problemas a los que ellos se enfrentan son: soledad, sensación de pérdida de sus capacidades, el cambio de su imagen corporal, recelo o excesiva confianza hacia otras personas. La tristeza, la angustia o el olvido son frecuentes en los seniles. El apoyo de la familia, los vecinos y la red social son primordiales para atajarlos.

Volver al índice de contenidos

 
3. BIBLIOGRAFIA:

- Mahan y Arlin. Nutrición y Dietoterapia de Krause 8ª ed. México DF. Interamericana. 1995; 2 Salas-Salvado. Nutrición y dietética clínica. Barcelona. ED Doyma, 2000.
 

Volver al índice de contenidos





COPYRIGHT © 2010 SANCYD S.L| QUIENES SOMOS | FAQs | SEGURIDAD Y PRIVACIDAD | POLITICA EDITORIAL | CARACTERISTICAS TECNICAS | MAPA DEL SITIO | CONTACTO